Varitas en Hogsmade

La sangre seguía goteando desde los dedos del joven mago que sostenía en su mano derecha la varita de roble, sus dedos hacían tanta presión sobre la palma que habían perforado la piel y la sangre se escurría entre los dedos, y bajaba formando un pequeño reguero que recorría las imperfecciones de la piel para bajar luego a la punta de la falange y dejarse caer con una gota de lluvia carmesí para formar un pequeño charco junto a sus zapatos. Ni siquiera había notado la herida y seguía apretando los dedos con fuerza, estos se habían puesto blancos de la presión que ejercían sobre la mano, y ahora estaban rojizos por la sangre que los recorría para formar luego parte de la mancha que cubría la alfombra de color marrón con filigranas verde esmeralda.
Chiara se había levantado y cogido un pañuelo de su chaqueta colgada en el respaldo de una de las sillas de la sala y se acercó al muchacho que seguía de pie muy rígido y serio, le acarició la mano y él bajo la mirada para encontrarse con la suya, dibujó una tímida sonrisa que fue correspondida por la chica que abrió la mano del joven, tomó su varita y la dejo con cuidado en la mesa, luego puso la mano del chico con la palma hacia arriba y la acarició con las suyas, para luego tapar la herida con el pañuelo. Nuria se levantó y fue hacia su habitación, corrió a un lado la cortina que la separaba del salón y desapareció detrás de ella, para aparecer al poco con un frasco en la mano derecha, recorrió la distancia hasta Chiara y le tendió el frasco, la chica desenrroscó el tapón con aplicador cuenta gotas y vertió un par de gotas a lo largo de la herida.
-El dictamo le curará, pero tenemos que dejar que actúe- dice Nuria colocándose detrás de Chiara
-Lo tapare con el pañuelo para que vaya haciendo efecto- dice con tranquilidad y besa a Miller en la mejilla.
Él baja la mirada y de pronto aquellos ojos que hasta hora ardían con el fuego de la ira se vuelven tranquilos y amables, se encuentra con los de ella que le transmiten calma, como si de un cubo de agua que apaga una llama se tratara van calmando los músculos y la expresión del chico que sonríe tímidamente.
-No había notado que sangraba - le dice Miller a Chiara
-No te preocupes, es un herida pequeña, pero tienes que tener cuidado- el tono de voz dulce y maternal de ella calma aun mas al muchacho que se sienta en una silla.
La chica se levanta del suelo y se acerca una silla para sentarse a su lado y le coge las manos, él se las aprieta con fuerza y ella le mira y sonríe con dulzura que es correspondida por el muchacho con otra sonrisa amplia y cargada de esa dulces sensación con produce saber que la persona que quieres estar ahí, enfrente de ti sonriéndote solo a ti, como si fueras la única persona que hay en la tienda.
-Gracias- dice él 
-¿Porqué? - pregunta ella sonriéndole 
-Por estar aquí y no darme por perdido - dice él besándola en los labios
-Vale chicos, esto es muy bonito, pero creo que va siendo hora de movernos y entrar en el castillo - dice Edu
-Tiene razón - dice Nuria que vuelve a encaminarse hacia la cortina que separa su habitación del salón- Cariño, vamos a cambiarnos 
-Ehh que con esta ropa estoy ideal - dice Fred poniendo los brazos en jarra y sacando pecho, se gira y ve la mirada de Nuria y bajando los brazos dice - Si, vale, ya voy 
Todos sonríen ante la situación y George empieza a recoger cosas y meterlas en la mochila, Angel y Emily hacen lo propio, y Edu acompaña a Katie a la habitación para que puedan recoger algunas de las cosas que se han dejado allí.
Miller mira de nuevo a Chiara y le hace un gesto con la cabeza que ella corresponde con uno afirmativo, se levantan y van hacia la cocina, allí empiezan a recoger con la ayuda de sus varitas, platos, vasos y demás utensilios empiezan a volar hacia las alacenas que se cierran cuando todo su contenido se encuentra ya dentro, la comida y los víveres se colocan en los sacos y las bolsas de color marrón. Luego salen al salón para recoger las cosas que han quedado allí de la comida que han preparado para Nuria y Fred y hacen lo mismo con ellas, todo as vuelan hacia la cocina y se colocan en los estantes y los cajones, permanecerán allí como parte de la propia tienda, aunque esta se pliegue y ocupe una mínima parte de su estado actual. 
George está en el centro del salón con una mochila a la espalda y un libro bajo el brazo,
-Si salimos con vida de todo este jaleo, espero que no me pidáis que os suba el sueldo - dice sonriendo.
-Eso supondría menos filtros de amor para las jovencitas - dice Edu saliendo con Katie de la habitación 
-Esa es una gran fuente de ingresos - dice George
Las dos chicas le miran con cara de apatía y ambos rompen a reír y se dan un golpe en el hombro.
-Vaya dos- dice Katie
-Y creíamos con los gemelos teníamos suficiente - dice Chiara
Miller sonríe y los mira de hito en hito negando con la cabeza, pero en el fondo sabe que toda esa frivolidad ayuda mucho a bajar la tensión que sufría el grupo en aquellos momentos, todos los acontecimientos negativos que estaban sucediendo a su alrededor habían minado su moral y él sabia que todo aquello era como un soplo de aire fresco que era mas que bienvenido.
Nuria y Fred salieron de la habitación ya cambiados y con todas sus cosas dentro de la mochila que Nuria llevaba a todas partes, dentro llevaba todo aquella que creí que iba a necesitar, como pociones, ingredientes, el libro que Dumbledore le había dejado a ella y Miller, aquel retrato de una de las sanadoras de San Mungo, con el cual podía comunicarse con su mentora en el hospital mágico, aunque últimamente no había tenido tiempo para contarle nada, o ella no estaba en su laboratorio. Nuria estaba preocupada, hacia dos dias  había intentado ponerse en contacto con ella a través del cuadro, pero no pudo y eso la hizo pensar que igual estaba metida en algún problema, si bien luego Fred la había tranquilizado diciéndola que el hospital estaba protegido contra ataque externos, era un lugar neutral y no debía de preocuparse.
Aunque las palabras de su esposo la habían tranquilizado un poco seguía preocupada por su amiga y mentora, así que mientras todos preparaban las cosas para irse, sacó el cuadro de la mochila y vio allí reflejado el retrato de una sanadora con aspecto de cansada que sostenía en su mano derecha una poción a la que daba vueltas, esta la miro y preguntó:
-Hola Nuria, ¿Qué puedo hacer por ti?
-Hola, pues quería saber si has visto a Damilia por ahí, me tiene preocupada- le dijo Nuria 
-Espera, voy a ir a mi retrato de la sala de curas y ahora te digo algo- salió por uno de los lados del retrato dejando la mesa y la silla que tenia en el fondo del mismo vacíos. Al poco volvió a aparecer por el mismo lado - Si, la he visto. Ha estado unos días de descanso para asegurarse que su hermana que esta casada con un Muggle se encontraba bien, ya sabes los tiempos oscuros que estamos viviendo.
-Lo sé, lo sé - dijo la muchacha con pesadumbre- Me alegro que se encuentre bien, échale un ojo de vez en cuando por favor.
-Lo haré, no te preocupes, cuídate querida - le dijo la vieja sanadora antes de que Nuria volviera a meter el cuadro en el interior de la bolsa con cierta dificultad.
Nuria se quedó mirando con tristeza la bolsa mientras la cerraba, tenia miedo que aquellos oscuros acontecimientos no le permitieran volver a trabajar en aquel hospital que tanta experiencia le había proporcionado en sus meses de prácticas y de mejora de sus cualidades como sanadora y en la elaboración de pociones, echaba de menos sentarse en la pequeña mesita de té del final de la cafetería a tomar una infusión con su mentora Damilia y contarle como le iba con Fred, como sus amigos estaban dándolo todo en los torneos de Quidditch, y charlar con ella sobre sus amigas de clase de pociones donde mas destacaba; ahora todo aquello parecía quedar muy lejos, tan distante como lo podía estar el polo norte de donde estaban ellos ahora alejados de todos y de todo, bajo la nieve y el frio.
-Cariño, ¿todo bien?-Fred la saco de sus pensamientos y al levantar la cabeza y verle allí de pie, sonrió y le beso.
-Si cariño, estoy bien.-Aunque su voz denotaba preocupación, Fred no le dio demasiada importancia y la ayudo a ponerse en pie.
Todos terminaron de recoger sus cosas y luego fueron saliendo poco a poco por la puerta que daba a la cortina exterior y salieron a la fría y blanca nieve que ya apenas caía sobre la ladera de la montaña, pero el manto blanco aun se extendía a lo largo de muchos kilómetros, la cima de la montaña era blanca completamente como si alguien hubiera lanzado kilos y kilos de harina sobre ella. Nuria notó la nieve bajo sus pies con aquel característico sonido que hacia la  nieve al ser pisada que hizo que la chica sintiera paz y tranquilidad, aquel blanco paisaje le hacia sentirse calmada, y agarró la mano de Fred que iba detrás suya, noto como sus dedos se cerraban sobre los suyos y se quedaron allí contemplando la blanqueada escena como si no hubieran visto la nieve en años.
El ruido de palos y tela moviéndose como sacudidos por un vendaval les hizo darse la vuelta, Miller hacia entrar en una de las mochilas, la tienda que parecía bailar al son de la varita del joven mago; el refugio que habían tenido aquellos dias ahora estaba dentro de una mochila como si de un viejo futon se tratara se doblo varias veces sobre su misma y entró por completo en la mochila, que luego Miller se coloco en la espalda.
-Bien, es hora de conseguir entrar en el castillo- dijo Miller colocándose la mochila en la espalda. 
Todos se fueron juntando y luego se desaparecieron con la imagen de las afueras de Hogsmade en la mente, en el lugar en el que habían quedado para reunirse antes de intentar acceder a la casa de los gritos y así utilizar el pasadizo que le llevaría al interior de los terrenos de Hogwarts. Ya casi podían sentir la hierba de la ladera este del castillo bajo sus pies, poder ver de nuevo la torre de astronomía y la cabaña de Hagrid en los lindes del bosque prohibido, pero el crac característico de la aparición no fue el único sonido que corrió por las calles de Hogsmade aquella tarde. Como si alguien hubiera estrangulado a un gato, se oían maullidos por todo el pueblo, aullidos que no cesaban, como si se fueran multiplicando. Los chicos se empezaron a mirar unos a otros desconcertados.
-¿Qué demonios es eso?- dijo Edu 
-No lo sé, parece una especie de alertador - dijo Angel- Tal vez se deba a la ultima visita que hice, y ahora están bajo alerta.
-Sea lo que sea no puede ser bueno - dijo Miller- Tenemos que correr hacia la casa. ¡Vamos!
Todos empezaron a correr calle abajo, pero de pronto aparecieron varios carroñeros por la esquina gritando 
-Por aquí- decía uno 
-Están aqui, a ellos - dijo otro 
Antes de que pudieran frenar del todo algunos hechizos pasaron rozando a su lado y destruyeron una farola y una papelera que estaban al final de la calle, los trozos de madera saltaron en todas las direcciones, y algunos pasaron cerca de la cabeza de Edu que fue el ultimo en aparecerse.
-Expeliarmus-gritó Miller y una de las varitas de los carroñeros salió volando hacia un callejón cercano 
-No os paréis - dijo Fred
-Debemos cruzar esta calle para llegar a la principal y asi poder subir a la casa de los Gritos- dijo Angel 
Nuria apuntó con su varita a otro de los carroñeros que se había acercado demasiado y unos mocos similares a los de un murciélago salieron de su nariz y empezaron a atacarle, con lo cual empezó a golpearse la cara y a correr hacia una de las casa que había en la lado derecho de la calle y se golpeó la cabeza con la farola de metal que había en la entrada y callo de espaldas sin sentido.
Ángel saltó por encima de otra papelera y con la varita en la mano apuntó a otro carroñero que estaba en el centro de la calle apuntando a Nuria con su varita, un destello de color azul salió de la punta y lanzó al hombro contra una pared girando sobre si mismo para impactar de costado contra ella y cayendo en el suelo.
Las maldiciones seguían pasando cerca de los muchachos que se protegían con hechizos escudos o cubriéndose detrás de algunas cercas de piedra de las casas que había a lo largo de la calle, parecía que empezaban a llegar mas carroñeros, un grupo de tres aparecieron por detrás de los chicos, lanzaron unas cuantas maldiciones que pasaron rozando la cabeza de Edu y Katie que estaban atrás del todo.
-Vienen por detrás - grito Edu
-No podemos quedarnos aquí - dijo Katie 
Nuria se giro con rapidez y empezó a hacer girar su varita sobre su cabeza con giros fluidos y rápidos, el hechizo recorría su mente sin parar, lo había ensayado una y otra vez desde que lo había leído en aquel libro de hechizos que Dumbledore le había dejado en herencia. Una lengua de fuego empezó a salir de la punta de su varita y como si de un látigo se tratase lo hizo girar sobre su cabeza describiendo círculos, después fue cogiendo velocidad y varias bolas de llamas empezaron a salir disparadas en dirección a los tres hombres que venían corriendo calle abajo, uno de ellos al verlas venir describió un circulo delante suyo para formar un escudo, pero los otros dos no tuvieron tanta suerte y las dos esferas llameantes les golpearon de lleno en el pecho haciendo que salieran despedidos varios metros hacia atrás, uno de ellos tenia la tunica en llamas y el otro había quedado tumbado bajo arriba en mitad de la calle.
Miller salió corriendo de la esquina en la que se encontraba cubierto para cruzar la calle con la varita en la mano lanzó un hechizo aturdidor a otro de los carroñeros que subían corriendo por la calle que le impacto en la pierna lo que hizo que esta fuera hacia atrás y el hombre cayera de bruces en la acera y quedando sin sentido.
-Si esos gatos siguen sonando vendrán mas - dijo George que lanzo un Expeliarmus a otro carroñero pero fallo por un pelo, este le lanzo una maldición pero no dio en el blanco, así que George contraatacó con otro hechizo que hizo que unas cuerdas ataran al hombre de cintura para arriba, y luego lanzo otro que hizo que desplomara como si fuera una estatua.
Emily vio salir de otra esquina a otros cuatro carroñeros que varita en mano subían gritando hacia ellos, se giro tan deprisa como pudo y le dio un ligero toque a Angel en el hombro antes de lanzar un hechizo que hizo aparecer una gran águila de agua que bajo volando la calle para impactar contra dos de los hombres, estos notaron el golpe fuerte del agua que los hizo retroceder rodando calle abajo, los otros dos empezaron a lanzar hechizos contra la joven maga pero se estrellaron contra la barrera que Angel acababa de crear para protegerla. 
Chiara lanzo a otro carroñero por los aires con un hechizo de aturdir y luego salió corriendo detrás de Miller que bajaba corriendo por la calle lanzando conjuros a medida que avanzaba, detrás de ellos bajaban Nuria y Fred, mientras Edu y Katie corrían en ayuda de Angel y Emily, George seguía de cerca a su hermano, lanzando hechizos barrera para desviar los conjuros y maldiciones que venían de frente a ellos, Fred derribo a otro mas y luego Nuria lanzó otro hechizo que hizo que una cadena apareciera de la punta de su varita y se enrollara a lo largo del cuello de otro carroñero que trataba con mucho esfuerzo de quitársela de encima con las manos.Miller utilizo el hechizo convocador para hacer que un trineo viniera hacia él y por el camino golpeó a otro de los carroñeros que saltó por encima y cayó en el interior del trinero de madera que bajo deslizándose calle abajo y acabó golpeando la entrada de la taberna Las Tres Escobas volcando y dejando al carroñero tirado en la calle.
Edu lanzo un hechizo de desarme contra otro y la varita acabo encima de uno de los tejados, lo que hizo que el carroñero se quedara parado en mitad de la acera mirando hacia arriba lo que Katie aprovechó para lanzarle el hechizo Levicorpus que hizo que saliera levitando quedara colgando como si una cuerda invisible lo izara por el tobillo, el otro carroñero que estaba a su lado lo miro sorprendido y en ese momento Edu se giro hacia él gritando 
-Alarte Ascendare 
El carroñero salió disparado hacia arriba como si hubiera pegado un salto impulsado por un resorte haciendo fuertes aspamientos con las manos intentando aferrarse al aire, y luego cayo cuan largo era sobre otro de los tejados haciendo que varia tejas cayeran sobre la calle, haciéndose pedazos al chocar contra el suelo.
Miller apuntó con su varita a otra carroñera que salió de una de las casas mirando con asombro lo que sucedía en el exterior, y luego se giró hacia los chicos que bajaban corriendo la calle y les apuntó con su varita, pero ya era tarde.
-Atabraquium- gritó de repente Miller y las manos de la carroñera quedaron atadas de pronto con lo cual su varita acabo en el suelo.
El grupo siguió bajando por la calle, los maullidos seguían sonando en toda la villa, aunque habían bajado la intensidad de los mismos; corrían con rapidez intentado salir lo antes posible de la calle principal donde eran un blanco más fácil para los ataques de los carroñeros que ahora salían en grupo de las casas y las tabernas, y corrían detrás de los jóvenes lanzando maldiciones sin parar, muchas de ellas fallaban por mucho, pero otras pasaban muy cerca de los chicos, que en mas de una ocasión tuvieron que separarse para evitar que alguna les diera de lleno. Edu cogió a Katie de la mano y tiró de ella cuando está tropezó con una alcantarilla y quedó tendida en la calle, la levantó y siguió corriendo con ella cogida de la mano, no se paro cuando otra maldición impactó en una pared cercana. Continuaron bajando hasta que consiguieron llegar a la puerta de Las Tres Escobas, allí tendido en el suelo el carroñero que había viajado sin querer en el trineo se incorporó apoyando una mano en el propio trineo intentado levantarse pero muy aturdido, abrió los ojos para ver como Miller llegaba corriendo y saltando por encima del trineo le golpeo en la cara con una patada y volvió a caer en el suelo mirando hacia el cielo. 
Uno de los carroñeros apunto con su varita al grupo y gritó en alto.
-¡Bombarda máxima !
El hechizo impactó de lleno en el trineo que estaba en miedo de la calle haciéndolo saltar en pedazos, los trozos de madera salieron despedidos en todas las direcciones golpeando puertas, destrozando ventanas e hiriendo a Miller en el brazo derecho, a Fred en la pierna izquierda y a Chiara y Nuria las pasaron rozando la cara, haciéndoles un pequeño corte en la mejilla y la oreja. La fuerza de la explosión lanzo a todos contra el suelo, Miller que se había apoyado en el trineo para saltarlo quedo aturdido y tendido boca arriba cerca de la puerta del pub, Fred golpeó con una farola y se agarró a ella para no caerse, Nuria y Chiara que iba juntas se abrazaron al caer sobre un montón de cajas de madera que utilizaba la señora Rosmerta para sacar las botellas vacías. Edu y Katie que iban mas adelantados se pararon y se dieron la vuelta para ayudarles, Ángel y Emily junto con George empezaron a lanzar hechizos de protección y de aturdir para mantener al grupo de carroñeros que bajaba a todo correr en su dirección, los conjuros golpeaban en los escudos invisibles con destellos azules y verdes. Emily lanzaba hechizos de aturdir que pasaban muy cerca del grupo de carroñeros que se tuvieron que dispersar para evitar ser impactados, mientras George ayuda a su hermano a incorporarse y le daba unas palmadas en la cara
-¿Te encuentras bien Freddie?- le gritó y al ver que este reaccionaba y asentía afirmativamente con la cabeza le dio una palmada en el hombro y su hermano se terminó de poner en pie y se colocó a su lado para defender a Ángel que estaba levantado a Miller que estaba muy aturdido y se llevaban las manos a los oídos, que se le llenaban de pitidos y chirridos, apenas si podía distinguir la voz de Angel que le llegaba como distante.
-Vamos, tienes que ponerte en pie- le gritaba su amigo, Miller asentía y le miraba pero le veía doble, cerró con fuerza los ojos y se sacudió la cabeza con fuerza sentándose; al volver a abrir la cabeza miró a su alrededor, sus amigos estaban de pie luchando con dificultad, lanzando hechizos de defensa y otros intentando hacer retroceder a los carroñeros, cerca de la puerta de Las Tres Escobas veía a Nuria y Chiara poniéndose de pie y lanzando destellos de color azulado con sus varitas en dirección calle arriba, tenía a Ángel agarrando su brazo derecho y a Fred y George casi encima de ambos moviendo sus varitas con fuerza, los destellos rojos y azules les pasaban muy cerca y vez en cuando uno de los dos hermanos se agachaba para esquivar uno de esos rayos azules, no podía ver a Edu y Katie desde donde estaba, pero veía sus sombras bailando bajo los colores de los conjuros que surcaban el cielo de Hogsmade. Chiara lo miro con preocupación y fue corriendo hacia él.
-Cariño, tienes que poner en pie, no podemos estar mas tiempo aquí-le dijo cogiéndole de la mano
-Si, si. Lo siento estaba...-no terminó la frase y se puso en pie de un salto- Vamos chicos, tenemos que seguir, ya nos queda poco. Apuntó con su varita hacia el grupo de carroñeros y lanzo un conjuro de color anaranjado que impactó con fuerza en una de las paredes en las que estaban apoyados y una potente explosión surgió del lugar donde había tocado el hechizo, con la fuerza de la onda, los cascotes y cristales que salieron despedidos en todas las direcciones varios carroñeros salieron volando, otros se cubrieron la cara con las manos y los brazos y otros fueron alcanzados por los escombros, y la nube de humo de color grisáceo oscuro cubrió la calle.
Los amigos siguieron bajando más allá de la taberna y recorrieron la calle que les llevaba a uno de los camiones que salían del pueblo, las maldiciones seguían lloviendo a su alrededor pero no podían detenerse, sabían que si ahora se detenían no tendrían oportunidad de defenderse, apenas había donde esconderse. Los carroñeros seguían llegando, había como unos viente en las calles, corriendo de un lado a otro, juntándose en grupos para buscar a los magos que habían entrado en el pueblo sin su consentimiento. 
-Ya la veo, vamos un poco mas - dijo Nuria que ahora estaba en cabeza del grupo
Detrás suyo todos seguían corriendo, Fred se paró a su lado y lanzo un par de hechizos de confusión para intentar retrasar a sus perseguidores, pero eran demasiados, el escudo que Nuria convoco delante suyo para evitar que le dañaran noto los impactos de las maldiciones que iban dirigido a su marido, luego lanzó de nuevo el hechizo de fuego para crear una pequeña cortina de fuego a sus espaldas y así retrasar el avance del grupo ce carroñeros que ya estaba muy cerca del grupo de amigos.
El resto seguía corriendo, traspasaron la valla con el cartel no pasar escrito en grande letras negras sobre un fondo rojo, pero no le hicieron mucho caso, ahora mismo todo lo que estaba detrás suyo era mucho más peligroso que cualquier casa o cartel. Miller se detuvo en seco mientras el resto subía el camino que llevaba a la casa mas encantada de todo Gran Bretaña, se giró y mirando a su alrededor y con dos rápidos y fuerte movimientos de varita convoco una niebla que surgió por entre los arboles y cubrió toda la zona poco a poco mientras él corría hacia la casa, através de la niebla podía ver los destellos de colores azules y verdes que se cruzaban en todas la direcciones sin tener muy claro el objetivo a quien apuntaban. Siguió corriendo sin parar y luego se paro al cruzar las puertas y vio a sus amigos en el pasillo de entrada esperando por él, que cerró las puertas y luego con fuerza dijo
-¡Fermaportus!- apuntando a la puerta, que se cerró con un ruido seco y fuerte.
-Lo hemos conseguido- dijo Edu con voz entrecortada por la carrera
- Si, menos mal, ya no podía mas - dijo Katie- Me duelen las piernas.
- Vale damas y caballeros - dijo Fred sacando el mapa de la mochila - Ahora tenemos que bajar al sótano donde podremos acceder al pasadizo.
Todos empezaron a caminar con cuidado por el pasillo, la luz entraba a trazos por los tablones que cubrían las ventanas, los sonidos de la madera crujiendo con el movimiento de la casa que parecía estar subida sobre una mecedora, y las paredes se movían adelante y atrás, el polvo en suspensión parecía levitar al contacto con la luz del sol. Bajaron por una escalera desvencijada a lo que le faltaban muchos peldaños así que tuvieron que bajar con mucho cuidado, pisando en los trozos que quedaban o saltando a otro para evitar meter el pie en un escalón hueco, doblaron un rellano y accedieron al sótano, estaba lleno de viejos muebles, y unas mantas raídas y llenas de polvo. Todo el suelo estaba lleno de polvo, una gran capa de color grisáceo cubría toda la estancia, pero se podía ver una zona donde el polvo parecía mas reciente que todo el demás que estaba tapando el suelo, como si alguien hubiera arrastrado a una persona y la hubiera llevado por las escaleras arriba, y luego se veían unas pisadas que la seguían. El grupo deshizo el camino de las pisadas y llegaron a un grupo de tablones del suelo que estaban levantados y se podía ver un gran agujero negro que parecía bajar por una zona de piedras. Recorrieron un oscuro y húmedo túnel cuya tierra negra sonaba como si pisaran un cenagal, a la cabeza del grupo estaba Nuria con la punta de su varita completamente iluminada, en mitad del grupo estaba Chiara que había hecho lo mismo, y cerrando el grupo iba Angel que miraba con recelo de vez en cuando hacia atrás por si alguno de sus perseguidores había conseguido entrar por las tablas del sótano y bajaba detrás de los chicos. Caminaron durante un largo rato hasta que de pronto Nuria se paró en seco y dijo en voz baja
-Creo que hemos llegado, ya veo una luz al final-se giró para mirar a su compañeros y estos asintieron, así se puso de nuevo en marcha y a poco llego a una pequeña escalera de cuatro peldaños que ascendía, hizo un gesto con la varita y esta se apagó como si de una antorcha se tratara.
Ascendió los peldaños con calma y saco la cabeza al exterior, estaba en la base del viejo sauce boxeador que parecía en calma, hizo un gesto con la mano hacia atrás a sus compañeros para que se detuvieran.
-Tenemos encima el sauce, vamos a salir a gatas hacia la cabaña de Hagrid que esta a nuestra derecha - les dijo de nuevo en voz baja, luego se coloco a gatas y empezó a salir del agujero en la base del tronco del viejo árbol, poco a poco e intentado hacer el minino ruido. Cuando llevaba recorridos unos cuantos metros se giró para mirar a sus espaldas y vio a sus amigos que la seguían de igual manera, cuando ya estaban todos fuera y no les quedaba nada para llegar a la ladera que les llevaría a la cabaña de Hagrid, el sauce comenzó a agitarse y moverse.
-¡Corred!-gritó de repente Nuria y se puso en pie empezando a correr, todos la imitaron y el sauce se inclino hacia atrás y luego dejó caer sus pesadas ramas en el sitio donde había estado Katie hacia segundos, ella rodó por los suelos para evitar ser aplastada, y luego se levantó y corrió tras sus amigos. El sauce golpeó el suelo cerca de Fred y George que saltaron uno a cada lado de la rama y luego siguieron corriendo. Al final dejaron atrás el enfurecido árbol y corrieron ladera arriba para llegar a un pequeño alto desde donde divisaron la cabaña de Hagrid, que estaba derrumbada y ennegrecida, como si alguien la hubiera prendido fuego, aquello les dejó pasmados en el sitio durante un rato.
-¿Qué habrá pasado aquí?- dijo de pronto Katie, sacando a todos del estado de sopor en el que se habían sumido.
-Se habrá dejado el fuego encendido- afirmo Fred - O eso espero, ¿quien querría hacerle daño a Hagrid?
-Creo que si subimos al castillo lo averiguaremos - dijo Miller y se giró para ver el imponente castillo va bajo la luz de la luna, las ventanas de las torres de Gryffindor y Ravenclaw están iluminadas, también se veía luz en el gran comedor, aquella visión les hizo sonreír a todos, su gran colegio estaba allí, bañado por la tenue luz de la luna, con todo esplendor con sus torres y sus tejados recortados sobre la propia luna.
-Nunca pensé que me alegraría tanto de volver al colegio - dijo George
-Si, es como si hubiéramos estado fuera años- dijo Fred
- Podría quedarme aqui horas contemplando este castillo - dijo Nuria- Pero ahora debemos entrar y ayudar a nuestros amigos. 
Los amigos se miraron unos a otros y luego empezaron a ascender la empinada cuesta que llevaban desde los lindes el bosque prohibido hasta los jardines y de ahí a las puertas que les permitieran entrar en los pasillos y aulas del castillo. Sabían que deberían moverse con cautela por el interior del castillo y mas ahora que había mortifagos reconocidos dentro y con la férrea vigilancia del director Snape, lo cual les pondría las cosas aun mas difícil, pero estaban dispuestos a lo que fuera necesario para poder sacar de allí a sus amigos. 
-Donde mas se necesita la luz que brillen con fuerza nuestras varitas, que sean la guía para aquellos que han caído presa de la oscuridad y la maldad, si nosotros flaqueamos ellos caerán.- aquellas palabras surgieron de la boca de Miller que subía con decisión la ladera, con la mano de Chiara firmemente aferrada, ella le miró y dibujo una enorme sonrisa.
-Creo que es algo muy inspirador - dijo Fred- ¿Te la puedo robar?
-Pregúntale cuanto nos cobrara de derechos por ella- bromeo Edu 
-Vas aprendiendo, vas aprendido - dijo George dandole un toque con la mano en el brazo.
-Pues yo creo que es la mayor verdad que ha dicho, seamos su luz, como ellos son nuestra esperanza- dijo Nuria que se había detenido a media subida para mirar a su compañeros, saco su varita y apuntó al castillo con ella- Hogwarts ha sido nuestro hogar durante años, vamos a recuperarlo para quienes vengan detrás nuestro puedan sentirse igual que lo hicimos nosotros.

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